Nunca antes el hombre había tenido acceso a lubricantes tan excepcionales.


Tenemos la tecnología para lubricar -como nunca antes en la historia del hombre- cualquier aplicación industrial, como: cajas de velocidades, sistemas hidráulicos, engranes, flechas, cojinetes, rodamientos, compresores, juntas homocinéticas,...

Y cualquier aplicación automotriz, como motores, rodamientos de ruedas, diferenciales,...